Si te preguntas si tu pareja está en crisis, probablemente lo esté
Cuando las dudas empiezan a emerger en nuestro interior, nos traen un mensaje: ‘algo no va bien’. Escúchalo.
Llega un momento en el ciclo vital, en que las personas anhelamos encontrar una pareja junto a quien compartir nuestra vida. A veces resulta fácil encontrarla, mantenerla y hacerla crecer. Otras veces, todo lo contrario.
Los síntomas de la crisis de pareja
A veces es como una ligera sensación de inquietud, de incomodidad, un ‘algo se está cociendo en mi interior y no me acabo de enterar de qué es, pero de repente me siento triste, no puedo con la vida o me cuesta dormir. No paro de enfadarme con mi pareja, salto a cada instante, a veces por cuestiones nimias’.
Otras veces, las señales de alarma son más evidentes (aunque no siempre hay quien las escucha). ‘Cada vez pasamos menos tiempo juntos’. ‘A veces pienso que no le quiero, otras veces no lo sé y otras siento un afecto inmenso por ella (o por él’). ‘Me siento continuamente desilusionada con mi pareja’. ‘Apenas tenemos sexo’. ‘A veces fantaseo acerca de cómo sería mi vida con una pareja diferente’. ‘Siento emociones muy intensas hacia mi pareja: rabia, insatisfacción, tristeza’. ‘Parece que no haya manera de entendernos’.
En este caso son de tal intensidad, que acaban afectando a vuestro día a la hora de tomar decisiones, de mostraros afecto, de disfrutar juntos y de organizar las tareas del hogar.
A menudo me encuentro en las sesiones de psicoterapia con personas que, en la primera sesión ya es evidente para mí que están en una importante crisis de pareja. Sin embargo, ellas no acaban de darse cuenta. Saben que algo pasa, pero no ven las dificultades en las que están en toda su amplitud. En este caso, parte del proceso terapéutico consiste en acompañarla para que pueda ir viendo lo que le está ocurriendo en toda su amplitud. A su ritmo, según se vaya sintiendo preparada para hacerlo.
Y a ti, ¿qué es lo que te está ocurriendo?
¿Cómo lo sientes tú? ¿Es como si hubiera entrado una corriente de aire frío y se hubiera instalado entre vosotros, levantando mil muros? O, por el contrario, ¿es como si continuamente estuviera todo incendiándose entre vosotros?, ¿como si a diario saltaran mil chispas que os llevan a continuas discusiones por cualquier cosa?
Una crisis no significa que sea el fin del mundo, a menos que decidas hacer como si no pasara nada
Y es normal que así sea, porque la vida cambia, lo que ocurre alrededor cambia, y también las personas cambiamos a lo largo de nuestra vida.
Poe eso es incluso saludable, que una pareja pase por diferentes crisis a lo largo de su vida. Significa que la pareja está VIVA. Si escuchan de qué le está hablando la crisis y resuelven las dificultades, la pareja se va fortaleciendo. Por el contrario, si hacen como si no pasara nada y dejan de escuchar, la distancia cada vez es mayor y las dificultades se enquistan, con lo que la relación puede acabar rompiéndose.
El elemento que nadie mira cuando hay dificultades en la pareja
Cuando surgen dificultades en la pareja, se pone mucha atención en lo que quiere cada uno de sus miembros. Pero, ¿a ver si adivinas cuál es el elemento que nadie mira y que es donde realmente se puede encontrar la solución?
Eso es. ¿Ya lo has visto? ¡La RELACIÓN es el tercer elemento!, el más importante. Implica pasar de mirar solo el ‘tú’ y ‘yo’ como algo separado, a mirar el ‘NOSOTROS’, como algo externo a nosotros que tiene vida propia.
Tu relación de pareja es como un árbol al que hay que cuidar, regar, nutrir y podar
También hay que atenderlo cuando lo invade algún parásito, o cuando las condiciones climáticas externas son extremas (hace mucho frío, mucho calor). Si no, corre el riesgo de secarse o incluso de morir.
¿Cómo está vuestro árbol? ¿Habéis olvidado que estaba ahí? ¿En qué estado está ahora?
Conociendo más a fondo cómo está vuestro árbol
El enamoramiento es la fuerza que empuja a la semilla que hay en vuestro interior. Gracias a esta etapa de vuestra vida, surgen la vida de este árbol. Por una parte empezarán a crecer las raíces, y por otra parte el pequeño tronco de vuestra relación.
Las raíces
Es a través de las raíces como se nutre vuestro árbol. Y vuestras raíces son vuestras familias de origen: el padre, la madre y también el resto de parejas que os antecedieron (abuelos, abuelas, tatarabuelos, etc.).
DE TU PADRE Y DE TU MADRE aprendiste:
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Cómo vincularte con las otras personas, es decir, cómo te sientes cuando estableces un vínculo con otras personas: si te sientes segura o insegura. Y además cómo reacciones al sentirte inseguro: si te distancias, si reaccionas con enfado.
La forma de vincularte con tu pareja tiene que ver con la forma de vincularte con tus padres.
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Cómo te relacionas con tu pareja interior, es decir, tu parte femenina y tu parte masculina. Cómo entiendes estas partes de ti, si las cuidas o por el contrario si las desdeñas. Próximamente hablaré en otro post sobre este tema.
DE TUS ABUELOS, ABUELAS, BISABUELOS, etc. aprendiste ciertos guiones de vida, una especie de normas que rigen cómo te comportas en la vida y qué elecciones haces, y de los que la mayoría de las veces no eres consciente. Estos son algunos de los guiones heredados de familia:
- Un modelo de pareja.
- Un modelo de familia.
- Cómo es ser hombre o mujer.
- Qué tipos de pareja son posibles para seguir perteneciendo a la familia y cuáles no se permiten.
- Patrones a la hora de elegir pareja.
El tronco
El tronco es la relación en sí. Cuando pasó la etapa de enamoramiento empezasteis a ver a la otra persona en toda su amplitud. Como se suele decir, con lo bueno y con lo malo. Entonces decidisteis seguir en la relación, de lo contrario, se habría roto en ese momento y ahora no estaríais aquí preguntándoos si estáis en crisis.
Para que el árbol siguiera creciendo, establecisteis un contrato. Probablemente ni siquiera lo sabíais, no erais conscientes de ello. Pero es el contrato que ha estado regulando vuestra relación desde entonces. En él están incluidas entre otras muchas, las siguientes cláusulas:
- Lo que sí se puede hacer en la pareja y qué no
- El tipo de relación, si vais a tener exclusividad y fidelidad
- Si además de la pareja vais a construir una familia o no
- El tipo de relación que tendréis con vuestras familias de origen
- Qué funciones realizará cada uno (economía, organización del hogar, cuidado de otras personas). Incluso quién será el fuerte y quién el débil.
A lo largo del tiempo el tronco de vuestro árbol ha ido creciendo y ampliando el número de sus anillos.
Según los nutrientes que le lleguen al árbol, sus raíces y su tronco crecerán fuertes o por el contrario serán débiles y enclenques, y cualquier viento fuerte los podrá tumbar (épocas de apuros económicos, problemas laborales o de salud, conflictos con las familias de origen, dificultades derivadas de la crianza de los hijos).
Las ramas
Tienen que ver con amistades, con aficiones, con estudios, con la profesión de cada uno, y con los compartidos por la pareja.
Cada cierto tiempo la pareja sana, mira las ramas, las contempla y decide si necesita podar alguna. Y si es así lo hace, agradeciendo el tiempo compartido y lo que ha aportado al árbol.
Los frutos
Los frutos son el proyecto compartido, con lo que la pareja a partir de su relación cree: hijos e hijas, una empresa, un sueño compartido en busca del cual ir y crecer.
La pareja sana recoge los frutos y los saborea, sin dejar que caigan al suelo y se estropeen.
Cómo afectan las estaciones de la vida a vuestro árbol
Igual que la primavera hace que broten las yemas de los árboles y que empiecen a florecer, y el otoño hace que caigan sus hojas, también las estaciones o etapas de vuestra vida afectan a vuestra relación de una u otra manera.
La primavera
Corresponde al inicio de vuestra relación, donde todo está por construir. Es una etapa de muchos miedos e inseguridades. ¿Será la otra persona la que ando buscando? ¿Le gustaré cuando me conozca más a fondo y descubra ‘todos mis fallos, todos mis defectos’? ¿Será nuestra vida fácil? ¿Me dará todo lo que me ha faltado en mi relación con mamá y con papá? ¿Me abandonará?
El verano
Es el momento en el que la pareja, ya lleva tiempo, su tronco ha ido creciendo y han decidido tener hijos. ¡Llega su primer descendiente, su primer fruto! Se sienten muy ilusionados y al mismo tiempo muy asustados. Tener un hijo implica que la pareja deja de ser solo pareja y que se convierten en padres. Y no es nada fácil. La llegada de un bebé rompe estructuras en la pareja, y puede hacer que los padres se distancien y uno de ellos se vuelque en el bebé. Profundizaremos en ello en otro post.
El otoño
Cuando una pareja llega a la madurez de su vida, es tiempo de otoño. Si tienen hijos estos ya serán mayores, lo que implica el reencuentro de la pareja. Pero, ¿cómo ha crecido el árbol hasta ahora? ¿Es fuerte o su tronco es débil? Porque el otoño lleva implícito una crisis para cada miembro de la pareja (la de los 40, la de los 50), y puede tambalear fuertemente al árbol. Es tiempo de soltar hojas, de dejar atrás lo que ya no sirve.
El invierno
El frío invierno será cálido si aún contamos con la calidez de nuestra relación de pareja, pero será inclemente si el frío también habita en su interior. De cómo hayamos cuidado nuestro árbol, dependerá cómo lleguemos hasta aquí.
¿Qué nutrientes necesita tu árbol?
Al igual que cualquier planta necesita una tierra fértil, agua y oxígeno para nacer, crecer y vivir frondosa durante mucho tiempo, también el árbol de tu relación necesita diferentes tipos de nutrientes:
1. Los tres tipos de amor.
Uno de los elementos más importantes para una pareja sana, es que estén presentes los tres amores de los que hablaba Claudio Naranjo, y que además haya un equilibrio entre ellos: el amor erótico, el amor compasivo y el amor admirativo.
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El amor erótico.
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Cuando hay deseo y la sexualidad está viva entre las dos personas, es palpitante.
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El amor compasivo
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Cuando se miran compasivamente, cuando ven también la herida de la otra persona, su dolor, el porqué actúa de esta o de otra manera; cuando ven su sombra y le aman tal y como es, con toda su amplitud, con su luz y su sombra.
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El amor admirativo
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Cuando se admiran, cuando sienten admiración uno por el otro y se maravillan por la persona que les acompaña y se sienten regocijados por el hecho de tenerse uno al otro.
2. Los tiempos y los espacios compartidos.
Donde la pareja comparte tiempo y diferentes espacios de su vida cotidiana, como actividades de ocio, tiempos de cuidar del hogar, momentos con amigos, momentos de estar sola la pareja, y además goza de tenerlos.
Y además, cada integrante de la pareja dispone de espacios para sí mismo, y se enriquece con ellos y a su vez se alegra de que también su pareja los tenga.
3. La intimidad y la comunicación.
Buscan momentos de complicidad, saben que cuentan con la otra persona para poder hablar de su mundo interior, de lo que les preocupa, de lo que es ilusiona.
4. El proyecto compartido.
Un mismo sueño, ya sea tener una familia, construir una casa o crear una empresa juntos. Una misma dirección en la que ir. Valores parecidos. Un mismo camino que andar juntos.
Y tú, ¿que vas a hacer? ¿Vas a cuidar a vuestro árbol o vas a hacer como si no pasara nada?
Después de leer el post, ya tendrás alguna idea acerca de cómo cuidarlo. Pero, esto solo es el principio.
SI QUIERES DESCUBRIR CÓMO CUIDAR TU RELACIÓN DE PAREJA, ve a este post.