Hacer terapia con Paz ha supuesto un cambio absoluto en mi manera de vivir y entender la vida. Con ella, he aprendido cuáles son los colores y las tonalidades que pueden tener la tristeza, el dolor la rabia o la impotencia. Su dulce voz me ha dado permiso para abrir la puerta a todos estos sentimientos y aceptarlos para aprender después, a transmutar-los y renacer. Continúo creciendo a su lado. Gracias a sus meditaciones, al trabajo corporal y creativo de sus sesiones, a los paseos conscientes en el Montseny y a su complicidad entre otros, mi camino acontece día a día, más consciente y ligero.

Fer teràpia amb Paz ha suposat un canvi absolut en la meua manera de viure i entendre la vida. Amb ella, he aprés quins són els colors i les tonalitats que poden tenir la tristesa, el dolor la ràbia o la impotència. La seva dolça veu m’ha donat permís per obrir la porta a tots aquests sentiments i acceptar-los per aprendre després, a transmutar-los i renàixer. Continuo creixent al seu costat. Gràcies a les seues meditacions, al treball corporal i creatiu de les seues sessions, a les passejades conscients al Montseny i a la seua complicitat entre d’altres, el meu camí esdevé dia a dia, més conscient i lleuger.

Empecé la terapia con Paz en un momento en el que estaba atravesando una gran oscuridad. Había perdido confianza en mí misma, no veía nada claro en mi vida y me sentía profundamente triste, anulada, apagada. Pensé que necesitaba ayuda y la pedí, se la pedí. Para mí las sesiones han sido sanadoras a todos los niveles, ¡no lo puedo ni explicar con palabras! Simplemente ahora vuelvo a ser la de antes, he podido salir de ese pozo para ver que puedo conseguir lo que deseo, que puedo, que soy merecedora de ello.

¡Parece increíble que con tan poco tiempo ya haya recorrido tanto con ella! Pero es así. Sé que me queda mucho camino por andar, que tengo que trabajarme aún a muchos niveles, y que a menudo vuelvo a caer, pero me levanto con más facilidad, con más fuerza. Me siento muy bien acompañada, y muy afortunada por haberla conocido.

Es una sensación parecida a la del parto. Cuando escogí a mi matrona me sentí la mujer más bien acompañada del mundo, y adentro supe que pariría sin problemas, pues estaba segura. Ahora me siento igual, sé que Paz me acompañará en este viaje de parirme a mí misma y podrá ser doloroso, duro… Pero podré. Sin duda siempre la recomendaré, es una profesional que ama lo que hace, y eso se nota, se transmite, se respira en cada sesión. Gracias, Paz.

¿Qué ha supuesto para mí la terapia? Sin lugar a dudas hay un antes y un después en mi vida gracias a la terapia y a Paz. Tuve mi primera sesión cuando tenía 20 años e hice la última a los 25. Durante esos cinco años hubieron altos y bajos, pero si hay algo que tengo claro es que la terapia me ha ayudado en muchísimas facetas de mi vida. Desde identificar sentimientos y ponerles nombre (nunca olvidaré el día que fui consciente de que tenía rabia) hasta poder ser más independiente emocionalmente.

Sin lugar a dudas, aún me queda un largo camino por recorrer. El autoconocimiento es un trabajo constante, pero siento que la terapia con Paz me ha permitido tener las herramientas necesarias para poder gestionar mejor los problemas que vayan surgiendo y poder vivir así una vida más plena.

Realicé con Paz el taller de tierra de otoño, entre los aspectos a destacar está el gran cuidado y amor que desprendía, desde el lugar donde se realizó, todos los espacios elegidos, que eran maravillosos, hasta cada dinámica y trabajo que se hizo, todo desde un lugar de respeto, confianza y repito gran cuidado.

Me sentí en todo momento respaldada y vista por ella, pudiendo entrar en los trabajos de manera segura sabiendo que ella estaba allí acompañando en todo momento. Viví momentos y experiencias mágicas y de gran valor personal. El taller de fin de semana fue un espacio muy valioso para estar conmigo, profundizar en mi conocimiento personal y conexión con la naturaleza.

Terapia Individual, Terapia Familiar y Retiros

Hace ya algún tiempo, parece haber sido corto pero ya hace varios inviernos, me recomendaron las sesiones de Paz. Yo estaba recelosa ya que había probado varias terapias y ninguna me convencía tanto como para repetir una segunda vez, hasta que la conocí. Salir de aquel lugar mágico que ella crea, con la sensación de haberle contado mis inquietudes más íntimas a una persona tan cercana, sin conocerla de nada, eso no tiene precio. No salí convencida de volver, sino encantada de que llegara la siguiente cita y así durante un año. Y no sólo yo, también he llevado varias veces a mi hija. También tuve la oportunidad de hacer un taller de otoño durante todo un fin de semana con ella y otras personas más y quedé encantada, un fin de semana inolvidable de emociones, sensaciones, sentimientos a flor de piel, etc. Para nosotras Paz no es nuestra terapeuta es como una más de la familia y le tenemos un cariño especial, yo en especial estoy encantada de poder contar con ella, recomiendo 100×100 conocer su trabajo, ya que es una labor la que hace excepcional y desde lo más profundo de nosotros mismos... Con mucho cariño, Cristina.