Hace unos días hablábamos de que en otoño los árboles dejan caer sus hojas, liberándose de lo que ya no les sirve. Pero además, aprovechan para dejar caer sus frutos, frutos que contienen semillas. Simplemente los sueltan y confían en que la Naturaleza hará su camino. Algunas semillas se hundirán en la Tierra y desarrollarán raíces, convirtiéndose en una nueva planta.

Otoño es buen momento, pues, para ir ‘soltando semillas’, para ir creando, con la esperanza de que alguna de esas semillas fructifique en primavera. Y tú, ¿estás dejando caer semillas para que haya posibilidad de que alguna de ellas arraigue y surja eso que deseas en tu vida?