19 de marzo, 12:30 horas. Miles de personas se agolpan en la plaza del Ayuntamiento de la ciudad de Valencia esperando la Mascletà del dia de Sant Josep. ¿Qué hace que tantas personas esperen entre una y dos horas, de pie, pegadas unas a otras, bajo la lluvia unos años, bajo el calor sofocante del sol otros, a que durante 5′ se sucedan una serie de cohetes cuya principal característica es que hacen ruido (ya que es a plena luz del día, y apenas hay cohetes de colores)?
Realmente es difícil de entender si nunca se ha vivido in situ una mascletà… Trataré de transmitirlo, aunque no tengo claro que lo consiga… Para mí, vivir, sentir una mascletà (y digo ‘sentir’, no solo oír) es… es casi indescriptible… es integrar cuerpo, pensamiento, emoción y espiritualidad… Y ahí voy, a intentar contar qué se siente, cómo lo siento yo… y para ello qué mejor que describir lo que sentí este sábado 19 de marzo de 2016…
Llegamos a la plaza sobra las 12 y pico. La gente ya llenaba las zonas más próximas a la verja que rodea el recinto dentro del que se hacen explotar los cohetes. El día amenazaba lluvia, el cielo cubierto de grises nubes y como es habitual, un helicóptero sobrevolando la plaza. Aquí no hay lugar para tener tu ‘espacio personal’. Brazo con brazo, brazo con espalda, la cabeza del de delante casi pegada a la tuya. No hay lugar para conversaciones privadas, lo privado es público. Una joven, sentada sobre el suelo, entre numerosos pies y piernas que se mantienen en pie, abre su enorme bolso, saca una aguja de tejer ganchillo y empieza con un punto que irá convirtiéndose en una flor multicolor. A su derecha dos jóvenes hablan en inglés, más adelante otra joven se hace un selfish en el que salimos conocidos y desconocidos para ella. A mi izquierda una mujer se queja de que se siente empujada, un grupo sonríe (‘si no vols pols, no vingues a l’era’). La música va caldeando el ambiente, las sonrisas de la gente, las miradas impacientes al reloj… Dos parejas comen pipas: ya llevan tres paquetes…
13:50 ¡¡Buuummm!!! Retumba fuerte el primer ‘masclet’ (un tipo de cohete) que indica que sólo quedan 10′ para empezar. La gente empieza a inquietarse. Los que están sentados en el suelo empiezan a levantarse. De repente es posible moverse un metro o dos hacia delante. Aproximarse, todos en masa, hacia el espectáculo que en breve comenzará.
13:55 ¡¡Buuuummmm!!! Ahí está el segundo ‘masclet’. ¡¡Ya sólo quedan 5′!! Y en un par de minutos, la gente empieza a silbar… La tensión de la espera aumenta, ¡¡qué impaciencia!!
14:00 ‘Senyor pirotècnic, pot començar la mascletà'(señor pirotécnico, puede empezar la mascletà) dice la fallera mayor. Y ahí està…
Empiezan a ascender numerosos cohetes hacia arriba, alto, muy alto, y el público levanta la cabeza, alza la mirada al cielo para poder ver las luces rojas. Suben rápido, con un sonido agudo, rasgando el aire… y su vibración se siente en la cabeza… ‘sssssshhhhhhh’, ‘sssshhhhh’… LA CABEZA, LO MENTAL, LOS PENSAMIENTOS…. y después como un vacío…. el fuerte sonido y después el vació….
Y entonces empiezan a surcar el espacio, en dirección al cielo, pero explosionando en un lugar más cercano entre la Tierra y el Cielo… ‘ploploploploooffff, ploploploploooffff, ploploploploooffff’… y cada una de las múltiples explosiones retumban en mi pecho… EL CORAZÓN, LAS EMOCIONES, LOS SENTIMIENTOS…. y después del retumbar, el vacío…
Y entonces se alternan los altos con los intermedios…. cabeza – corazón, cabeza – corazón…
Y entonces empieza la gran explosión de cohetes a ras de suelo… el poder absoluto de LO INSTINTIVO, DEL CUERPO… Aquí siento una gran euforia… El suelo retumba, mi cuerpo se ha convertido en una caja de resonancia, vibra y dentro de mí se mueven emociones, sentimientos… es pura emoción, puro instinto, pura vibración… y un grito sale salvaje de mi garganta, de mi pecho, de mi bajo vientre… un grito que nadie escucha, que nadie puede escuchar, tan grande es el estruendo… y yo me vuelvo una con la Tierra, una con la gente, con el Cielo, con mi corazón, con los corazones de los que me rodean, los ojos abiertos, la boca abierta… mi mano, cogida, apretada a mi compañero, a mi amor… nos miramos, extasiados… uno con uno… uno con la Tierra que se estremece, poderosa bajo nuestros pies, con el estruendo, con el olor a pólvora, con la lluvia que cae sanadora, limpiando, purificando; con las lágrimas que salen de mis ojos, pletóricas ante tanto sentir…. LO ESPIRITUAL… Y entonces silencio, un masclet potente, el segundo y el tercero que indica el final de la mascletà…
Indescriptible…. Y ahora la emoción que va bajando, la tristeza, la añoranza de saber que hasta el 1 de marzo de 2017 esto no volverá a ocurrir… Y la sensación… mente – corazón – instinto, todo más libre, más a flor de piel… Y hay gente que alrededor se ríe, toma una cerveza, hay quien se para en grupo, entre el gentío a charlar…. como si nada, como si nada hubiera ocurrido… Y nosotros, cogidos de las manos, abrazados, aún sensibles por lo vivido, emocionados, los ojos brillantes… y vamos caminando despacio, digiriendo, como sosteniendo lo que ha ocurrido…
Podéis ver el vídeo de la mascletà en la siguiente publicación del diario Levante – EMV:
http://www.levante-emv.com/multimedia/videos/fallas/2016-03-19-98808-mascleta-marzo-fallas-valencia-2016.html