Este pequeño libro titulado “La Ley del Espejo” (Yoshinori Noguchi. Editorial Comanegra), apareció de repente ante mí al levantar otro libro que estaba hojeando en una pequeña librería del barrio de Gracia de Barcelona. Lo miré, curiosa. Me sorprendió su tamaño, el diseño de su portada y su título. Lo abrí, leí alguna frase y sentí que aquel no era el momento para aquel libro. Y allí se quedó.

Este martes estaba releyendo un post de Casa de Luna en el que Laia recomendaba unos cuantos libros para el verano. Entre ellos estaba este pequeño libro. En ese momento no le presté demasiada atención, la verdad. Pero resulta que estoy de nuevo en Barcelona, en una gran librería y de repente… otra vez., ante mis ojos el libro de nuevo. Lo cojo, lo huelo, siento su levedad. Lo abro, me gusta la simpleza de las letras sobre el fondo. Leo una frase, leo otra… otra página y otra. Lo cierro, miro su portada, me deleito con el sencillo diseño japonés, y… esta vez sí. Esta vez, ‘pequeño’ te vienes conmigo a casa. Ya en el trayecto lo empiezo a leer.

Este pequeño libro habla de Eiko, una mujer de 41 años, de la relación con su padre, con su madre, con su hijo, con su marido, y de cómo todas tienen que ver con todas.

El libro, basándose en una técnica de coaching, realiza una propuesta para sanar la relación con el padre, con la madre y con todas aquellas personas con las que sentimos que tenemos cosas pendientes.

Sencillo y fácil de leer.

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