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Espiral del Mar

Paz Grau Arcís

Psicóloga
En la Espiral

La Espiral de la Vida

¿Qué vas a encontrar en este post?

Leí hace tiempo que la Espiral simboliza el ciclo de nuestra vida. Estamos en el centro antes de ser concebidos en el seno de nuestra madre. Al ser concebidos e ir creciendo, ya como embrión, iniciamos el Camino a lo largo de la Espiral.

Cuando llegamos a la mitad de nuestra vida, alcanzamos el borde más externo de la espiral y en ese momento, el único camino que queda es el de retorno de nuevo al centro de la Espiral, donde la Muerte nos espera. Y de este modo, Nacimiento y Muerte son lo mismo, sólo que a través de dos puertas diferentes, una de partida y otra de llegada.

Y ese punto originario es el Paraíso perdido, ese donde somos todo y nada a la vez, donde no sentimos ni frío ni calor, ni hambre ni sed, donde simplemente se es, se es puro amor, pura esencia.

En el Camino de Ida, la tarea que nos toca es crecer: físicamente, a nivel laboral, construir nuestro hogar, formar nuestra familia… crecer. En el Camino de Retorno, nuestro trabajo principal consiste en soltar: soltar la fuerza física, ir soltando en el trabajo, soltar a los hijos… ir quedándonos pequeños, humildes… y también más sabios. Pequeño nuestro cuerpo, pequeños nuestros huesos, más pequeño nuestro trabajo, pequeño nuestro movimiento. Y desde aquí, sentir, ser… acercarnos cada vez más a ese punto de origen, donde simplemente se es.

Cuando intentamos quedarnos en un punto de la espiral (por ejemplo quedarnos siempre en el Camino de Ida, o asirnos fuertemente al borde externo ) y no entregarnos a donde el Camino nos lleva, estamos actuando contra nosotros mismos, y entonces nos sorprende de repente una nueva etapa vital sin estar preparados para ello.

Y justo hablaba ayer con una mujer a la que admiro y a la que considero como maestra, de la que aprendo muchas cosas sobre mí misma. Hablábamos de lo que me ha ocurrido durante estas últimas semanas. Y es que, ¿sabes? Ya tengo 47 años. Dentro de un mes cumpliré 48. Hace tiempo que tomé conciencia de que ya estoy en el borde externo de la Espiral. Y esta semana pasada fui consciente de que YA, en estos momentos YA, mi camino de Retorno ha empezado.

Y resulta doloroso, muy doloroso por todo lo que eso implica: mis hijas se están haciendo mayores, ya no volveré a ser madre de un/a bebé (¡¡ansiaba tener otro hijo!!; las analíticas de hormonas me dicen que ya no es posible), mi cuerpo va perdiendo capacidades de las que tenía hasta ahora, mis padres se van haciendo más mayores aún… Hace un par de semanas demolieron la casa de mi abuela, ¡¡sí de mi abuela Concha, de la que hablaba en otro post!! Todo un símbolo de lo que me toca vivir ahí. Del trabajo que me toca… soltar… soltar… la casa de mi abuela, el ser madre de nuevo… Soltar. Aceptar y amar esta nueva etapa que se presenta ante mis ojos.

Y ahí estoy. Asustada, dolorida, ilusionada, frágil, con fuerza a ratos. Y sobre todo EXPECTANTE, esperando a eso que la Vida y el Camino me deparan para dentro de poco.

¡¡Un abrazo a todos/as y Buen Camino de la Vida!!

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