Imagínate sentada cómodamente, tu espalda apoyada sobre tu pareja. Sientes que puedes apoyarte en él, confías en él. Sabes que te sostendrá si lo necesitas. Además sientes que él está ahí para ti como mujer y como madre. Sientes su deseo por ti, su amor por ti, y tú sientes tu amor y tu deseo por él. Él te abraza tiernamente, amorosamente. Mientras, tú tienes en tu regazo a vuestro hij@. Y él en su abrazo, os abraza a l@s dos. El amor fluye así entre vosotros tres en todas las direcciones. Vuestr@ bebé te mira a ti, mira a su padre, os mira a los dos. Se duerme plácidamente hasta que vuelve a despertar y os encuentra allí, amorosamente esperándole, amorosamente recibiéndole, fusionados los tres.
Foto tomada de: Es la Moda
Tú estás muy pendiente de vuestr@ hij@ recién nacido. Fluyes con él/ella, le amamantas, le acaricias. Y ambos, padre y madre, miráis con ternura a vuestr@ hij@. Cuando lo necesitas, descansas apoyándote en tu pareja. Él entonces está más pendiente aún de vuestr@ hij@, quien siente que sus padres se aman y que amorosamente le entregan su amor, los dos por igual.
Cuando el bebé siente frío, le arropas. Cuando tú sientes frío te arropas, pero si en ese momento estás atendiendo las necesidades del bebé, es el padre quien te arropa. Este está pendiente de lo que ambos necesitáis, pues no hay nada más sagrado que el nacimiento y la crianza de un hij@ para una familia.
De este modo, el bebé se siente amorosamente sostenido por sus padres y puede sentir el amor que ambos os tenéis, y que también a él/la le sostiene. También tú te sentirás más sostenida, con mayor facilidad para sentirte madre y mujer al mismo tiempo. Y tu pareja se sentirá presente, sentirá que forma parte de aquello, que el paso de ser dos a ser tres no es tan traumático como ocurre en muchas ocasiones, cuando se siente excluido de la maternidad.
Mujeres y hombres en la crianza consciente
Las mujeres hace tiempo que salimos de nuestros hogares para trabajar también en el espacio de la empresa. También los hombres están desde hace tiempo buscando nuevos espacios en el hogar y en la crianza. De este modo, mujeres y hombres podemos desarrollar nuestra parte femenina y nuestra parte masculina. Una etapa muy importante en la vida de la pareja es la crianza de l@s hij@s que empieza incluso antes de la concepción.
Mamá y papá durante el embarazo
Cuando has estado presente durante el embarazo y has sido consciente de los cambios que iban produciéndose en tu cuerpo, creando los primeros lazos de amor con el bebé, sintiéndole y hablándole. Y además tu pareja ha estado presente y ha ido estableciendo estos lazos amorosos con su hij@, hablándole, acariciándole a través de la barriga de mamá. Si ambos os habéis acompañado desde el amor, desde la comprensión, tanto en lo físico, como en la preparación del espacio para el bebé, como en los cambios laborales, económicos que va a suponer su venida, como en lo emocional; y habéis afrontado juntos los miedos y os habéis preparado para los cambios… Entonces todo será mucho más fácil para vuestra familia, y especialmente para es@ pequeñ@ que acaba de llegar.
Tú, madre, tienes una conexión muy especial con el bebé, crece en tu interior, se alimenta de ti. Tus movimientos le acunan durante el tiempo que dura el embarazo. El sonido del latido de tu corazón le acompaña de día y de noche. Lo que siente mamá, también lo siente el bebé. Pero también la voz de papá está ahí, también a él le escucha. También puede sentir cuando papá le acaricia a través de la barriguita de mamá.
Es importante que las mujeres demos ese espacio a nuestras parejas en la paternidad, y que vosotros, hombres, ocupéis ese espacio. De este modo, los tres saldréis beneficiados y os sentiréis más sostenidos.
Ahô!